Cuando ella nació, lo hizo poco tiempo después que sus cientos de hermanas.
En los últimos días
de marzo aún las noches eran frescas y todas juntas se acurrucaban para
proteger al ( hasta entonces) dormido árbol del nocturno e inquieto viento viajero .
Pronto bandadas de pajarillos se acercaron curiosos por el
cambio de color experimentado, para jugar con las nuevas inquilinas.
Ella, la más pequeña danzaba con la más leve brisa dejando
que su forma acorazonada arrancase los aplausos de sus mayores. Los emplumados
huéspedes no podían evitar interpretar sus bellas melodías entusiasmados al
verla.
Cuando lo hacían todas al tiempo diríase que el álamo
susurraba una canción y, ¿Quién dice que no fuera así?.
Esa misma condición de fragilidad, debido a un menor tamaño, fue lo que acaparó
la atención del árbol. Este siempre sonreía sus travesuras y ella halagada se
dejaba llevar por su naturaleza.
Con el tiempo no solamente la hoja tomó un porte admirable ,
también creció algo entre los dos. Y así
en las calurosas tardes de agosto mientras las demás dormitaban nuestra pequeña
no paraba de bailar para su amado. Él nunca en sus largos años había sentido
algo así por nada ni nadie.
Octubre llegó y todas poco a poco fueron abandonando su
estancia en alas de brisa siguiendo un mandato no escrito pero irrebatible,
todas…….. menos ella.
El álamo la animó a partir pues el invierno acechaba y no eran
lugar seguro sus ramas heladas……ella no lo hizo y una mañana su color cambió a
un amarillo chillón que después se convirtió en un ocre apagado y seco.
El árbol mecía sus ramas en espera de animar su baile, en
espera vana de despertarla .
Y así el crudo invierno arropó con su velo los campos, montes
y ríos.
Tras esos duros meses todo volvió a cobrar vida pero en el paisaje del bosque, algo rompía la verde estética de las húmedas
orillas. El álamo cantor, no tuvo de nuevo hoja alguna.
Hay quien dice que era muy
viejo, y que su historia cerca
del arroyo ya había escrito su epílogo.
Hay quien dice que oyeron a los pájaros cantar una melodía
que hablaba de como partió en busca del corazón que se forjó en los fibras de sus raíces y le enseñó a sonreir
desde la punta de sus ramas. Y
regresan fieles cada tarde a las ramas inertes del templo donde también ellos
aprendieron a cantar con el corazón…………con el corazón del álamo.
HACEDME EL FAVOR DE SER FELICES KARRAS.